lunes, 10 de agosto de 2009

Veneno

El veneno en mi sangre violeta como los ocasos,
amarillo como el cansancio.
El amor como relámpago que viene y nos deja ciegos,
y es tan hermoso ese momento y es tan fugaz!
El último canto de la libertad del gorrión o quizás el primero,
nos deja sordos, absortos sin espacio, sin tiempo.

Pero el murmullo de las bestias retumba,
y son nuestros tímpanos rompiéndose frente a las campanas del cinismo,
y es el olvido que late cada noche, el dolor despierta al dolor y lo violenta.

El muerto calla por muerto, pero el vivo por necio
y cada palabra es pecado y cada joven es bestia.

Un atardecer en el desierto de tus palabras,
la arena roja, ardiente, impenetrable por mis manos
carcome mi cuerpo y te lo deja esclavo.
Y lo complejo es lo que malgasta, cansa...
Los pactos de silencio son eternos.

Tal vez muera el niño tal vez muera lo abominable.
La hoja va manchándose de sangre, de palabras, de creencias.
El pájaro va guardando sus alas, la luz ya es sol.

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