martes, 30 de marzo de 2010

De todos los cuerpos

De todos los cuerpos amontonados que tengo en mi casa,
decidí ponerme hoy, para verte,
este que es el de la cara cínica y gestos escondidos,
sonrisa a medio vivir y manos gastadas.

Es el que tiene la espalda un tanto jorobada
por la vergüenza que la vida propicia,
y siente el viento tan adentro que casi airea el corazón.

También es, el que de vez en cuando,
miente mirando a los ojos
y traiciona, roba, profana y oscurece la luna.

Sólo voy a decir que sos especial.
de una manera tan desagradable como encantadora.
Y que esos mismos tics que odio de vos,
son los que llevo tan adentro cuando camino por la ciudad
o me encuentro entre grandes tumultos de infelices.

Por eso,
de todos los cuerpos que tengo amontonados,
llevo este que anda medio chato y desgarrado.
Esquiva la verdad y te prefiere como una figura
pero no como una persona.

Viday

De puro gusto mi Viday
elijo irme sin saber mi camino.
Con tu olor aún en mis dedos,
con la soledad como mochila
que cruje huesos y hace alarde
de lo importante que es en mí.

De puro gusto Viday
elijo escribirte a tocarte.
Porque quizás no sea momento Viday
de perderme en tus luceros.

Y aunque sepa que quizás esa sonrisa menguante pronto
sea de otro que ande penando,
debo perderme solito Viday.
Solito y sin
y porque sí,
porque no hay logica en lo despotricao
de mi corazón y menos razón hay en mi caminar perdido.

Viday sepa usted comprenderme,
no es que no la ame y la llore con cada coplita que el viento me trae,
simplemente ando despatriao en mi cuerpo.

Soy errante y constante en eso de fallar,
y quizás usted se merezca desayunar entre soles
y dormirse a la víspera de abriles cálidos.

Sepa usted seguir,
que aunque no la tenga en mi cuerpo
la recuerdo cuando mi voz sangra
y hace desafinar las cuerdas de tanta nostalgia.

viernes, 19 de marzo de 2010

Luna II

Mierda!
Me duelen los dedos de tocar me arden los ojos por no dormir me queman las letras de tanto escribir se me escurre el corazón se me seca.












Te extraño Luna.

Luna

Podes creer que con lo que me duele recordarte,
te soñé?
Lo siento tan real aún!

Estabas vestida de negro,
no porque estuvieras de luto,
sino porque el negro siempre
te hizo brillar mi amor.

Y estabas entre mies piernas,
me mirabas con esos ojos
tan llenos de noche agujereada,
de estrellas eufóricas,
de vientos ásperos y lamedores de dolores.

Yo sabía lo que esa mirada me quería escupir.
Era un te extraño todavía,
un te respiro y lloro a veces,
un te odio a la madrugada
y un te amo por las mañanas salpicadas de sol.

(Luna,
si supieras que yo también te amo.)

En la noche tempranera,
en la madrugada abusadora,
en la mañana intimidante en independiente,
te amo en todos los momentos,
y aún así, no es momento de estar juntos.

Porque vos sabes de estos gusanos que se mueven,
que hacen nido en mi corazón
y que vomitan sobre eso que tenemos.

Luna,
amarilla y llena de primaveras,
si la niebla me hubiera de llevar hoy,
elegiría irme perdido en tú inmensidad.

Luna...

Del Amor

Qué queda de esa brisa que nos abrazó por la noche?
Entró sigilosa y casi muda,
se metió por entre tus piernas
por entre mis piernas,
y ninguno pensó que eso era una despedida.

Más aun, lo festejamos y corrimos desnudos por nuestros pensamientos
y todo se fue cayendo, haciéndose cáscaras con sangre y saliva.

Todo se cayó.
Tus ojitos, mis manos, las caricias, los peros, las zamarreadas,
las domas del amor, los calambres del amor, las alegrías del amor,
las tristezas del amor...
Todo se cayó.

Y el viento se paseó por el cuarto,
bailando (un do' tré', un do' tré')
Juntando todo eso que de a poco fuimos perdiendo.
La noche pedía permiso para morir y nosotros inocentes la dejamos ir.

Entonces de día y ya con la cabeza vacía
nos mirábamos sin decirnos nada,
nos rasgábamos la piel sin decirnos nada,
y mi ropa en el piso.

Nuestro recuerdo estrujándose,
como un pez fuera del agua,
así estaba nuestra memoria.
Saltaba, se hinchaba, vomitaba,
se golpeaba, y todo eso era en vano.