viernes, 19 de marzo de 2010

Luna

Podes creer que con lo que me duele recordarte,
te soñé?
Lo siento tan real aún!

Estabas vestida de negro,
no porque estuvieras de luto,
sino porque el negro siempre
te hizo brillar mi amor.

Y estabas entre mies piernas,
me mirabas con esos ojos
tan llenos de noche agujereada,
de estrellas eufóricas,
de vientos ásperos y lamedores de dolores.

Yo sabía lo que esa mirada me quería escupir.
Era un te extraño todavía,
un te respiro y lloro a veces,
un te odio a la madrugada
y un te amo por las mañanas salpicadas de sol.

(Luna,
si supieras que yo también te amo.)

En la noche tempranera,
en la madrugada abusadora,
en la mañana intimidante en independiente,
te amo en todos los momentos,
y aún así, no es momento de estar juntos.

Porque vos sabes de estos gusanos que se mueven,
que hacen nido en mi corazón
y que vomitan sobre eso que tenemos.

Luna,
amarilla y llena de primaveras,
si la niebla me hubiera de llevar hoy,
elegiría irme perdido en tú inmensidad.

Luna...

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