viernes, 19 de marzo de 2010

Del Amor

Qué queda de esa brisa que nos abrazó por la noche?
Entró sigilosa y casi muda,
se metió por entre tus piernas
por entre mis piernas,
y ninguno pensó que eso era una despedida.

Más aun, lo festejamos y corrimos desnudos por nuestros pensamientos
y todo se fue cayendo, haciéndose cáscaras con sangre y saliva.

Todo se cayó.
Tus ojitos, mis manos, las caricias, los peros, las zamarreadas,
las domas del amor, los calambres del amor, las alegrías del amor,
las tristezas del amor...
Todo se cayó.

Y el viento se paseó por el cuarto,
bailando (un do' tré', un do' tré')
Juntando todo eso que de a poco fuimos perdiendo.
La noche pedía permiso para morir y nosotros inocentes la dejamos ir.

Entonces de día y ya con la cabeza vacía
nos mirábamos sin decirnos nada,
nos rasgábamos la piel sin decirnos nada,
y mi ropa en el piso.

Nuestro recuerdo estrujándose,
como un pez fuera del agua,
así estaba nuestra memoria.
Saltaba, se hinchaba, vomitaba,
se golpeaba, y todo eso era en vano.


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