lunes, 15 de febrero de 2010

Todo

Ella llega a mí algo despotricada y atropellada,
casi desinteresada.
No pregunta si se puede sentar y menos si tiene permiso para irse.
Ella agarra toda esta masa de sentimientos
y los escupe,
es esa idea única que tiene.

Cada silencio duele más que esas palabras embarradas que se le suelen caer,
y dar tanto para terminar enrollado de viento y pestilencia.

Si supieras como sangran las horas sin vos,
como duele el campo verde y llano,
como mis dedos se llenan de fuego al tocar otra carne.

Todo es sueño,
piso frágil e inestable,
y cada paso me entierra y me sumerge,
me ata y condiciona
a esto que quema sin ser fuego y que pega sin ser violento.

Soy un pájaro transparente
que vaga errante buscando un horizonte en tu boca.
Se llena de noche mi voz al recordarte
y se descascara el cólera del amor.


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