casa en silencio,
mugre en cada rincón.
Esos olores propios de ustedes,
tabaco, soledad, angustia, dolor.
tabaco, soledad, angustia, dolor.
Que mundo extraño el de ustedes,
antes lo querían todo, a toda costa.
Ahora vos,
árbol abandonado, estas postrado en una cama,
putrefacto y olvidado,
sin palabras verdaderas, ni sed que despierte alguna pasión.
Y vos,
desierto blanco de alguna estepa,
te creías domadora,
y mirate ahora,
domada por la locura,
prisionera de una selva de voces,
se te escaparon las ilusiones, el freno de la razón.
A medida que me adentro,
siento ese asqueroso olor a orín,
TAN NAUSEABUNDO COMO EL OLOR DE TU CORAZÓN...
siento ese asqueroso olor a orín,
TAN NAUSEABUNDO COMO EL OLOR DE TU CORAZÓN...
Presten atención en lo que les digo,
no van a tener nunca sensaciones,
que les hagan volver a latir el calor de las entrañas,
no hay magia,
no hay espinas que castiguen y los haga sentir vivos.
(Ya no)
no van a tener nunca sensaciones,
que les hagan volver a latir el calor de las entrañas,
no hay magia,
no hay espinas que castiguen y los haga sentir vivos.
(Ya no)
Estruendos, desgarros,
hedores e infecciones.
No hay nada que podamos hacer,
no hay nada que yo pueda hacer...
no hay nada que yo pueda hacer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario