sábado, 11 de abril de 2009

Aícilop

Realmente me gustaría ayudarte,

Mirá como andas,
elegante y lujoso,
dueño, arrogante y endiosado.

Seco en las palabras,
no las medís y son frutas podridas.
No tenés el control sobre ellas,
y ellas te crucificarán.

Realmente me gustaría ayudarte,

Tené cuidado y escucháme bien,
el poder no es tuyo,
las calles, sombras y perversiones,
no son tuyas.
Este pensamiento, esa mujer y ese niño,
esta risa en mi cabeza,
y ese infeliz retorciendose de dolor,
no son tuyos.

Realmente me gustaría ayudarte,

Tendrás tu limbo ganado?
Vos crees que con esos pensamientos,
esos hedores y esas grandes pretensiones,
Merecés el limbo?

Vos y tus amigos se creen intocables,
nosotros nos podemos ahogar antes de nacer,
pero ustedes están hechos para hablar palabras de oro.
Están hinchados,
córtennos a la mitad,
devórennos, enciendan nuestros aullidos.

Nadie quiere ser un esclavo...

Y aun así, realmente me gustaría ayudarte...

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