jueves, 28 de mayo de 2009

Cunumí

Con el sol rebelde y campero,
pujante y amenzante,
te vi bailar,
libre y limpia como el agua.

En son de libertad,
compás violento, compás agitado,
negra la tierra del riego y los llantos,
morocha tus manos y lomo de tanto trabajo.

Pero es que cuando bailás
el campo es infinito y tan amarillo.
No hay tristeza que se quiebre
al ver tus pies abriendo el silencio,
que las cuerdas de esa guitarra entren en riña!

Ay vidita,
si te vieras robando sueños,
enamorando ponchos con tu agite.

La esperanza no muere en tus ojos,
y el cariño florece.

Angá de ti negrita.
mañana es día de esclavos, es día de trabajo.
Los pies de los blancos no se ensucian ni se manchan,
pero si sus corazones.

Tu y tu chango gritan los roncos sapukays del alma.

Cuánta ausencia tiene tu tristeza,
más cuántas hilachas tiene tu dolor,
que bailando y bailando vas engañando penas,
e ilusionando al corazón!

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