miércoles, 29 de julio de 2009

Dejaste de tocar

Ese desgraciado dejó la música...dejó lo único que lo hacía valer la pena.
Ahora no es más que una persona con barba y sueños frustrados,
un haragán un irresponsable una carcasa de reproches,
alguien a quien la vida se le escapó lenta y siniestra.

Qué es lo te hacía tan especial mi amor?
Tu tocar? Tu manera de cantar penando?
Era el arte de tus ojos lo que te volvía un dios de bar olvidado,
era el alcohol que se te iba en vómitos, la angustia que te rompía la garganta,
el dolor que te comía los dedos con cada rasgueo.
Eras tan barato y sencillo cuando no sabias leer.
Era imposible no amarte, enamorabas y bailabas,
los días se te pasaban entre tus cuerdas
y nada me importaba cuando tú me acariciabas con tus dedos pestilentes,
llenos de hedor,
manchados por las costras de mugre que solo el corazón puede dejar en una guitarra.

Pero un día viniste cansado y sin la música
y no lloraste cuando tocaste
y no gritaste cuando llegó el verso que era sincero y honesto.
No podías mirarme a los ojos ni podías mirarte tus manos,
entonces dejaste de tocar y levantaste tu triste cabeza,
dejaste de tocar, te paraste,
y con la poca luz que entraba y figuraba tu cuerpo como una gran sombra,
nos dijiste a ambos,
"ya no me amo"
y te fuiste amor, y te fuiste sin amarte y yo amándote...

No hay comentarios:

Publicar un comentario