jueves, 12 de marzo de 2009

Ausencia

El amor oscuro vigila desde lo invisible,
te envuelve, seduce y gusta.
Es como un víbora que no se calla,
que espera cautelosa y arremate, eso es.

El cuerpo se cae a pedazos,
como las palabras, como los colores.

Nuestros movimientos están tristes,
la casa se hace tan grande.

Hay un perfume amarillo en el aire,
en vos, en todo.

El sol pesa sobre nuestro pecho,
yo te lo traje y ahora nos quema de ansias, 
es el fin de los tiempos el que azota!

Los pensamientos se hunden en la tierra mojada,
el barro bajo las uñas, en los ojos, en los dientes.
La ropa y el cuerpo queman,
ausencia del alma.

La primera luz es la fuga, la obertura del comienzo.

Ríe la muerte que nace, celebra su augurio.
El ya es sirena tal vez, el ya es ángel tal vez,
infinito en el río de nuestros ojos.

Guardián del desierto, de la nada y el todo.
Espera como una musa en el bosque,
nos espera, pero todavía no es momento...


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