jueves, 5 de marzo de 2009

Belladona

Sabés que estoy ciego,
te sigo a todos lados,
guiándome por la pestilencia de tu amor.
Te escabullís entre bignonias.

Sos parte de los colores del alba,
y manchás el desierto con fuego.

Tenés una juventud de inciensos,
hipnotiza a las bestias,
vuelve oro al cielo.

Sabés que no tengo habla,
las palabras queman,
la garganta se cierra,
y en ella quedan nuestros pensamientos.

Belladona devuélveme la razón,
todos están muriendo menos yo.

Este barro tedioso en mis dedos,
en mis ideas, en mis sentimientos.

La piel ya fue comida por tus miradas,
y mi eternidad mutilada por tus verbos.

Ardo por tus demonios,
Belladona devuélveme el anima.

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