lunes, 9 de marzo de 2009

Tecapa

Anónima de cuerpo y alma,
llegabas dócil de alegrías,
te ibas transparente, llena de colores.

La soledad golpea los mares,
hace rugir la tierra de mi corazón.
Las rosas clavan su angustia en nosotros,
y fecundan los dilemas de la locura.

Anónima de cuerpo y alma,
llegabas dócil de alegrías,
te ibas transparente, llena de colores.

Los sueños se hacen sombras,
las paredes de nuestros deseos se vuelven tenues.
Empezamos a sofocarnos de este aire denso,
nuestros cuerpos están hechos de silencio y nada más.

Anónima de cuerpo y alma,
llegabas dócil de alegrías,
te ibas transparente, llena de colores.

Nuestro Sol solitario se escabulle
entre las malezas de nuestra cordura.

Ese es justamente el error,
para amarte no se necesita razón.
Para sentirte no necesito distancia ni palabras.

Anónima de cuerpo y alma,
llegabas dócil de alegrías,
te ibas transparente, llena de colores.

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