martes, 3 de marzo de 2009

Paisaje

Acusé a la juventud de ser impulsiva,
y las palabras brotaron de mi boca.

Un cielo sincero,
una locura por amor,
y una plegaria muda.
Todo por tenerte,
incluso renunciar a mis ambiciones.

(El crimen o el error de pensarte)

Pobre alma querida!
Ya no se revela contra la muerte,
Ya no se revela contra el amor.

Pobre alma querida!
Te rehusas a beber las gotas de rocío,
Te rehusas a recostarte en la húmeda tierra rosa.

(La fiebre por la pasión)

Te imploro en cada alba dorado,
pero aun así,

Sigues escondiéndote en el silencio.

Sigues escondiéndote en el silencio.

Sigues escondiéndote en el silencio.

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