Tan fugaz e independiente,
quizás eso fue lo que mas me molestó.
Tomaste tus pertenencias,
tus pocos tesoros reservados para vos,
una vieja guitarra y un par de papeles hechos casi trapos de lágrimas.
Cuan te diste cuenta que nosotros no podíamos cambiar la luna,
escapaste,
y eso fue tal vez lo mas puro que salió de vos.
No hubo libros ni grandes discursos inventados en tus movimientos,
y eso me asustó.
Fue la primera vez que ví fuego en tus ojos,
fuego que ni siquiera nuestra pasión te dió.
Dijiste que no te esperáramos después del trabajo,
rápido y sin pensarlo me preguntaste:
Vos crees que podremos cambiar la luna?
Pues no, no lo creo, no vivo de ilusiones- respondí.
Pero que estúpido!
Cómo pude pretender atarte a mi sonrisa forjada?
Si te tuviera frente a mi nuevamente y me preguntaras:
Vos crees que podremos cambiar la luna?
Yo te respondería por supuesto que si, podemos cambiarla e inclusive bajarla por este amor!
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