martes, 2 de junio de 2009

Cólera

Este no es mi nombre,
ni siquiera es mi horrorosa imagen.
Son cenizas crueles,
nieblas de un corazón amargo y encaprichado.

El cielo está en cólera,
de no vernos delicados y sonrientes.

No ves que el orgullo apesta solo de noche?
No ves que estoy vomitando todos los auroras que no fueron?

Vivimos por adelantado,
y el puñal negro nos desgarró el abdomen.
Se nos va la inquietud,
la turbulencia y la esplendidez de cada mañana.

Las caricias gritaron pálidas,
y los buenos deseos se desbarataron.

Que despertar más burlón este que nos levanta,
nos arroja al mar turquesa de prohibiciones. 
(Porque vos sabes,
una vez que te pierdo no puedo volver)

Ni ahogándonos en una eterna y callada palpitación,
volveremos a esa fiesta de flores e indiferencia
que nos mantenía vivos.

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