sábado, 6 de junio de 2009

Hablar es a veces igual a matar

Tengo que dejar de hacer ciertas cosas,
pretendo ser mas de lo que doy,
y hablar más de lo que sé.

Figuro no extrañarte, 
cuando en realidad se me secan las venas.
Aparento no tener estaciones encimas,
pero en realidad me muero y apago sin vos.

Golpear a mis sentimientos 
me hace creer que soy más hombre.
En realidad soy un cobarde,
cobarde que te llora por no tenerte,
y se retuerce por el silencio de la distancia.

No quiero ensuciar los pocos besos que tenemos,
dejemos caminar a los deseos insomnes.
Que nos encuentren y nos llenen de júbilo,
y nos ahorren todas las sonrisas inciertas.

Las uñas se clavan en los pensamientos,
se aferran a lo poco que queda en claro y limpio.

El resto es solo engaño,
utópico, perezoso y cruel engaño.
Pero a fin y a cabo el engaño 
es lo único que nos queda.

Y seguimos cada uno mudos a lo que sentimos,
porque hablar a veces es matar...

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