jueves, 4 de junio de 2009

Espíritus en el lago

Los espíritus están en el lago,
revoloteando y creando.
Que bailan y se amontonan, 
gritan y vuelan.

Nosotros acostados en nuestras camas,
escuchándolos,
casi temerosos,
casi solos...

Temblando y aun fría por salir de la cama,
revuelves entre las sedas,
entre las arrugas del cielo.

Y la encuentras,
tibia de haber sido usada en contra de otro amor.
Hoy no la usarás sino contra ellos,
y sabemos que ellos no mueren,
sino se fortalecen y escapan.

Me la entregas.
Qué puedo hacer yo, niño tardío,
con semejante atrocidad?

Es increíblemente pesada,
cargada de malos recuerdos y ausencia otoñal.

La edad tiende a agotarme,
el corazón que se quiere hacer pasar por ingenuo,
y nuestros paisajes que se desbordan.

Yo no debería estar con esto,
ni tampoco con este recuerdo.

Pero sin embargo salgo,
revoloteo,
bailo,
y grito.

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